LA CIENCIA VS LAS HUMANIDADES...
La psicóloga de una incógnita institución había renunciado, ella desarrollaba una hora de orientación vocacional y yo una hora de Tutoría; entonces, por sentido común iba a cubrir esa hora y se ampliaba a dos horas mi labor. Ingresé al aula de cuarto año de secundaria con toda la iniciativa de ofrecer tips para elegir, reconsiderar, evaluar y escoger de la mejor manera una carrera profesional. Había previsto un par de casos, vídeos, que demostraban que la pasión es lo que cuenta; el primero de Gastón Acurio, un hombre que ocultó sus intenciones y complació a sus padres al estudiar Derecho; mientras que el otro era la de Vargas Llosa, un apasionado, disciplinado y perseverante hombre inclinado por el arte, Literatura, a pesar de las adversidades y vicisitudes. Entonces una de las estudiantes, la más aguda de la sala, lanzó un dardo muy bien perfilado. "Por qué mejor no nos dan una hora más de Física, antes de materias improductivas". Alteró mi estado de ánimo, pero con calma increpé. ¿Qué necesita una persona para vivir feliz con su entorno, con los demás solo números? Planteando como materia de reflexión en este artículo.
En cuanto a la elección de una profesión es necesario meditar porque convergen distintas aristas: el apasionamiento, la vocación, el mercado laboral y la remuneración. En ese sentido, el tema es de demanda de los jóvenes porque deben elegir la mochila con la que van a viajar gran parte de su vida, y depende de esta elección si esta se convierte en ligera o pesada. Lo que hay que entender es que esa elección debe convertirte en una persona feliz que disfrute de lo que hace para que pueda trascender creando, proponiendo, innovando o simplemente se convertirá en un cumplidor.
Dejando la importancia del tema de lado, centrémonos en el punto de controversia. Para muchos padres la prédica es: Hijo que domina matemática, futuro asegurado. ¿Realmente es así? ¿Lo que se requiere para tener éxito en la universidad es dominar números? ¿Las carreras de números son las más complejas? Si fuera así, existen muchos casos de estos, entonces surge la pregunta ¿Por qué no han trascendido? ¿ Por qué no han propuesto innovaciones o creaciones? si son muy inclinados a las ciencias y a los números.
Asimismo se debe entender que un profesional competente debe perfilarse como una persona humana. No les parece contraproducente que un ingeniero egresado como primer puesto no sepa tratar con los demás, no tenga hábito de lectura, no respete los derechos de los demás, no sea tolerante y asertivo; entonces estamos frente a un profesional incompetente que fracasará, definitivamente.
La tendencia nos exige a formar personas con capacidad profesional, con capacidad moral, con capacidad emocional, con capacidad de resiliencia para enfrentar los retos que le depara las demandas de una sociedad virtual y moderna.
POEL HERRERA BENDEZÚ
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