A TI MADRE QUERIDA
Amor incondicional a todos tus hijos has brindado,
trajinando desde el frígido amanecer hasta el atardecer,
con trabajo incansable a tus retoños los has educado,
sacrificio que hoy, humildemente quiero reconocer.
La adversidad y la carencia no han sido impedimentos,
para sembrar y cultivar en mí, buenos sentimientos;
de innumerables ilusiones y sueños te has privado,
para ver a tu humilde hogar muy bien cimentado.
Con bondad y perseverancia toda una vida trabajando,
ya en un recóndito caserío o en una quebrada fecunda.
Dedicación y cariño siempre a tu noble hogar irradiando,
ya en los meses de escasez o en los años de abundancia.
Muchos senderos has caminado acompañada del viento,
principios y valores siempre en mí has inspirado;
ante mis fracasos no ha faltado tus palabras de aliento
y humildemente un consejo siempre me has acercado.
Una inmensa gratitud de amor a ti madre mía,
bendice su camino, trabajo y hogar... virgen María.
Con algo de nostalgia, pero una inmensa alegría,
a ti madre querida te deseo un grandioso feliz día.
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