si eras la luz perfecta para proseguir;
Por qué nos cuesta aceptar que nos amamos
si el destino se encargó de reencontrarnos.
La angustia de no verte me carcome en pie
no sé a qué rincón de este mundo recurrir;
La pena triunfante me acompaña y embarga
y mi mente de ti cada vez más se encarga.
Por qué darle crédito a la dura tristeza
si nuestros corazones solo alegrías imaginan;
Por qué darle tregua a las pasajeras circunstancias
si nuestro amor ha sobrevivido a pesar de las distancias.
La soledad me susurra desde el horizonte,
pero mis fieles ilusiones aquí sobreviven
porque amarte ha sido un mandamiento divino
y al no tenerte por siempre junto a mí
el cálido recuerdo me alimenta de ti.
sentado junto a la ventana
explorando cada momento, cada recuerdo;
explorando cada momento, cada recuerdo;
alegrías, tristezas y pasajes inolvidables
de lo hermoso que es amarte así.
phebe76@hotmail.com
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