PREMONICIÓN ONÍRICA...
Llegamos los dos cogidos de las manos al lugar donde la vida inicié,
la presencia de un padre y la alegría de una madre al ver la escena;
Ella ofreció un maternal e interminable abrazo como para olvidar el tiempo,
él una mirada profunda y una sonrisa interminable que hace evocar una vida.
La confesión de un hijo...Madre, no sé lo que estoy haciendo de mi vida,
la sencilla respuesta no se hizo esperar: Si no haces daño a nadie, no te preocupes,
escucha lo que palpita tu corazón, no te puedes condenar y aferrar de por vida
al pasado, al silencio, al sacrificio... Otro cálido abrazo a los dos recién llegados.
El silencio del padre... el lenguaje más simple de siempre, asiente la decisión;
inmediatamente madre y padre deslizan un techo provisional y ocasional;
una alcoba, una bebida, un cobija y una esperanza de amor y comprensión
sienten los recién llegados, que con asombro e inmensa alegría... se miran.
Los rayos del sol y el trinar de las aves anuncian el nuevo amanecer
padre y madre, con el amor y sacrificio de siempre, acogen a los llegados;
y dos corazones que han vencido miedos, prejuicios y convencionalismos
agradecen y suspiran ya sin temores; pero sí con promesas de amores.
La sobremesa, las sonrisas y las historias no se dan cuenta de la llegada del ocaso,
esta vez solo pone fin a un día de reencuentro, de esperanza y de harto cariño.
pero la historia de amor no sé si es un sueño que solo va generar suspiros
o el comienzo de una historia de vida de dos corazones enamorados.
Phebe76@hotmail.com